sábado, 30 de julio de 2016

SORPRESAS TE DA LA VIDA ...
Lo que sucede con la firma Lucaioli y sus setenta y cinco ex empleados es simplemente el despojo de su derecho al trabajo, y todas la palabras que le quieran echar por encima para explicar lo inexplicable es manipulación. El desencanto aparece como primer cuestión emergente, desencanto que presupone simplemente que en Lucaioli solo son mentirosos, cuando es el estado natural y permanente del empresariado local. Al mismo tiempo, y con visiones diversas, esto que es una muletilla de la derecha recalcitrante que gobierna violando derechos y que se ha hecho carne en muchas personas asumiéndolo a fuerza de repetir y repetir sin ningún fundamento frente a los hechos, y es “el diálogo” o “la mesa de diálogo”, una absoluta, absurda y violenta engaña pichanga para el trabajador. Finalmente, el viejo y remanido cuento de cierta dirigencia gremial de estar sorprendidos por la conducta empresaria, como si la conducta empresaria fuera un mérito innegable nunca violentado por esos empresarios que exigen “diálogo” y que hubiera tenido en cuenta al trabajador. No es la primera vez que cuando se derrumban derechos, ese tipo de dirigentes al quedar expuestos muestra que lo que antes justificaron de alguna manera para esos empresarios en lugar de confrontarlos, la realidad determina que ya es tarde. Por suerte una gran mayoría entienden (porque además la historia lo confirma) que los derechos se logran en diversos escenarios y no solo en una rosca con el empresario de turno, al que le conviene eso mientras hace tiempo y que siempre le es útil para salir airoso de todo costo. Pronto veremos que con Burgos sucederá lo mismo, porque el discurso y la rosca vienen siendo del mismo tenor, y volverán para contarnos que bien que negociaron y como el empresario los sorprendió con su engaño. Asi se reiterará la violación a un derecho humano básico y esencial como el Derecho al Trabajo, en una ciudad donde muchos otros inician la lucha, se posicionan desde allí, y luego de igual a igual se dialoga con el empresario sin dejar la confrontación como herramienta de protección a los trabajadores. Esa ha sido, es y seguirá siendo el camino tal y como lo marca la historia, sino los empresarios deberán transferir las empresas a sus trabajadores para que las hagan funcionar de verdad con criterio solidario y común, en lugar de priorizar como hacen ellos lo que el neoliberalismo capitalista establece dejando de lado las bases humanistas de proteger un derecho. El ejemplo más notable y notorio que en la región lo demostró y lo demuestra, es el de la Cooperativa Textiles Pigue. Respecto de algunos dirigentes gremiales y su concepto de “negociación”, ya es tiempo y corresponde de una vez por todas a los trabajadores cuando eligen a sus representantes que apoyen a los más coherentes cotidianamente dejando de lado a los manipuladores de todo pelaje, y que participen en las elecciones a las que muchas veces no concurren con la masividad que los padrones sindicales marcan, y luego se quejan si no se los defiende adecuadamente con la lucha y la ley como corresponde.
Eduardo A. Hidalgo - Secretario General APDH de Bahía Blanca

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