¿HASTA CUANDO LA BAHIA
DEL SILENCIO?
Desde hace varios días
asistimos a operatorias que apuntan a la justicia. Se ataca a personas que ejercen funciones en
ese ámbito, porque ellas creen que la justicia es un derecho y no un privilegio
o la impunidad como pretenden imponer los operadores. Esos funcionarios, con
artilugios varios, son atropellados por ser de los que siempre aplican las
leyes en el marco de nuevas concepciones para una nueva sociedad y siempre
dentro del Estado de Derecho. Tal el caso del Juez José Luis Ares, al que se
intenta llevar a un jury con patéticos argumentos que encubren maniobras
políticas, además sometido a una operatoria mediática que lo señala sin
elementos válidos. El mismo formato aunque sin jury, pero habiéndolo intentado,
fue el que padeciera en su momento la Jueza de Garantías Susana Graciela
Calcinelli.
También se ha señalado a
priori la culpabilidad judicial de la Concejal Gabriela Bustos, representante
de la Red por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, cuando aún está
actuando la justicia y tratándola como una delincuente, en un flagrante
prejuzgamiento que permitiría a cualquier ciudadano el inicio de una causa
penal a los responsables de la operatoria por tal motivo.
No por casualidad, pues
la casualidad no existe, la campaña ha llegado a su punto cúlmine al haberse
apuntado claramente al corazón de los Juicios por Crímenes de Lesa Humanidad
que se llevan adelante en la ciudad. Crímenes cometidos durante la última
dictadura cívico militar genocida en Bahía Blanca, donde quienes reivindican el
Terrorismo de Estado fueron pieza fundamental como lo declarara oportunamente
en su indagatoria el genocida fallecido impune Adel Vilas explicando el rol de
esa empresa gráfica, y como también lo dejara claro en uno de los juicios en La
Plata el actual Canciller Hector Timerman al referirse a su propietarios. Por
si no quedó claro hablamos de La Nueva Provincia. El ataque tiene como víctima
propiciatoria, y no por primera vez aunque ahora con mayor virulencia, al
Fiscal de la Unidad de Investigaciones para Crímenes de Lesa Humanidad, Dr. Abel
Córdoba.
En todas estas
operatorias aparecen los mismo impulsores mediáticos, incluso actuando a veces
en tandem.
Por un lado La Brujula y
sus cuatro integrantes. Solo basta ver sus publicaciones, donde sin haberse
producido novedades judiciales adjudicaron un delito con que ya condenaron a
priori, completando tanta falacia al introducir una relación privada entre la
Concejal y el Fiscal, para señalar insensatamente al Dr. Córdoba como parte de
ese supuesto delito con el que ya la condenaron a ella antes que la justicia.
Si todo eso no es prejuzgamiento, operatoria, intencionalidad y amoralidad, ¿cómo
se llama?.
Del otro lado por
supuesto La Nueva Provincia, que como ha quedado evidenciado en varias
oportunidades en editoriales o comentarios, su animosidad ideológica y una
virulencia propia del pensamiento que expresa cotidianamente proviene del pedido
de allanamiento que en su momento solicitara el Fiscal Córdoba al Juez
Subrogante Tentoni en el marco de la Causa Armada, y que el Juez rechazó con la
participación activa de la Cámara Federal de Apelaciones, sin haber tomado
ninguna otra medida.
El editorial de este
diario golpista del día de hoy, 16 de mayo de 2012, es de tal amoralidad que
asquea. Dice el mismo en uno de sus párrafos: “En este caso
el acusado, sin duda, debió haber recibido, en salvaguarda del debido proceso
"objetivo" cuando menos el gesto del apartamiento de la instrucción
en ese momento; es decir, antes del estallido del escándalo que compromete a la
concejal.” La mención hacia el Dr. Córdoba como acusado (¿de que?), y la supuesta
no salvaguarda del debido proceso cuando los imputados de los peores crímenes
tuvieron, tienen y tendrán procesos judiciales que les otorgan TODAS las
garantías que ellos no les otorgaron a los secuestrados, a los torturados, a
los asesinados, a los desaparecidos, como a ninguno de los 500 bebés a los que en
aquellos años además les robaron su identidad, demuestra claramente la
intención.
Y dicen, además de otras tendenciosas menciones:”La carencia de compromisos morales en una
relación humana, sea del tipo que sea, parece algo muy lejano al ideal de
persona que debería integrar el Ministerio Público de la Nación.” ¿Desde
que moral habla La Nueva Provincia viniendo de la historia que viene?, ¿De que
ideales puede hablar La Nueva Provincia para definir a la persona que ocupe el
Ministerio Público, de los de Massera al que reivindicó y mereció el repudio
público?.
Todo esta tan claro como los embates que se han
producido contra nuestro Gobierno Nacional desde sus páginas, pero eso sí sin
renunciar a la pauta publicitaria como deberían hacerlo si fueran tan puros
como pretenden. Allí nos les nace la iodeología perversa que ejercen hace años,
luego que lamentablemente falleciera don Enrique Julio, uno de los radicales
que ante el golpe a Hipólito Yrigoyen dijo que lo peor que le podía pasar al
país era el militarismo.
La Brujula y La Nueva Provincia son ya
evidentemente, y después de esto, actores de la misma y nefasta obra que somete
a la ciudad a mantenerse inmersa en la Bahía del Silencio.
Es por estas razones y muchas más, es que
repudiamos a La Brujula que hipócritamente “¿informa?” sobre los juicios a
través de uno de sus integrantes, que ni siquiera concurre a las audiencias,
recogiendo los datos que le proporcionan otros. Reiterando el mismo repudio de
siempre hacia La Nueva Provincia, enemigo de las causas populares, y predicador
idóneo del ideario golpista que ha padecido nuestra Patria.
Mientras la mayoría del pueblo argentino sigue
buscando su destino, con mucho por hacer todavía, adhiriendo y apoyando a
nuestro Gobierno Nacional y el Modelo en marcha. Recuperando derechos
conculcados por el genocidio de la dictadura cívico militar y el neoliberalismo
de los 90, queremos reiterar nuestro apoyo, acompañamiento y sustento para el
Fiscal Dr. Abel Córdoba y su ardua tarea en el camino de la Memoria, encuentro
con la Verdad y el logro de Justicia.
Eduardo A.
Hidalgo
Secretario
General
Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca
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