LA MEMORIA UNA CONSTRUCCIÓN VALIOSA DEL PUEBLO
Hamlet Lima Quintana, un sabio poeta popular, escribió alguna vez: " La memoria es un pájaro de fuego que ejerce un oficio luminoso: es la clara pasión de contramuerte."
Esta, una de las tantas y contundentes definiciones de la Memoria quizá pensada para una mirada colectiva, es parte del ideario de un hombre del campo nacional y popular. Demuestra además su validez como una de las herramientas para transformar una sociedad como la nuestra. Aunque no sea masivamente, la Memoria contribuye a la construcción en el día a día del camino hacía una comunidad de iguales. La herramienta democrática Memoria, permite mirar hacia adelante pero sin dejar de abrevar en aquello sucedido. Memoria como reaseguro de un pueblo que mucho ha sufrido, y como preservación de sus mejores logros para ponerlos en marcha en el momento preciso. Esa Memoria es sanadora. Es la Memoria que para el avance social, recupera lo que parecía irrecuperable. Aquello que fue sistemática y planificadamente destruído. Valores, tradiciones, líderes que dejaron su huella en la historia y en el pueblo. Aquello que, y sin haber sido abordado antes en la recuperación de las instituciones, reaparece a través de la Memoria del pueblo. Reinstalado en la cotidianeidad hace que cada pedacito de la historia común, al igual que en un rompecabezas, rearme la vida violentada y desplace el intento permanente de aquellos que dañaron el cuerpo social y aún hoy lo intentan. Con claridad meridiana el inolvidable Rodolfo Walsh, dijo desde una reflexión que involucra el significado de Memoria: "Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas."
Puesto en marcha ese pensamiento con el que negaron todo las clases dominantes, pretendieron condenarnos definitivamente al sometimiento. Sin embargo no lo lograron. La Memoria fue y es su contramuerte.
La historia que hoy construímos, incluso quienes no comparten o participan de este momento, se sostiene indudablemente en la herramienta de la Memoria. Recuperarnos como sociedad, para reiniciar el camino interrumpido hace mucho tiempo en la búsqueda de una sociedad mejor, solo es posible ejerciéndola para saldar también nuestros propios errores y mezquindades. Para contribuir a la conformación de nuevos dirigentes desde los jóvenes comprometidos claramente con su pueblo. Para asegurar que nada de lo que se logró o se logre, pueda ser resignado o frustrado por gesto o acción alguna que no signifique que sus acreedores salgan a defender lo que tan caro le costó.
La Memoria, se expresó y se expresa con una contundencia magistral, en lo que se refiere a los crímenes cometidos por la dictadura cívico militar genocida de 1976/83. Sin embargo en paralelo, y como continuidad y consecuencia, fue avanzando sobre otros territorios en los que nuestro pueblo había sido dañado, sea por engaños o traiciones dirigenciales.
La apropiación de la riqueza de nuestra Patria por parte de unos pocos, como parte de la planificación incompleta de aquella dictadura y que puso en marcha un gobierno elegido por el voto popular, expresa un impulso enorme en el ejercicio de esa Memoria para llegar al punto de inflexión mayor en 2001, donde su estallido enfrenta todo sin concesiones. Desde allí, y aún caóticamente, va buscando su cauce y lo encuentra sin haberlo previsto en 2003.
Es entonces que esa Memoria retoma un nuevo cauce con el protagonismo del pueblo en su destino por sostener lo que fue y es su nueva vieja metodología, la recuperación de la política como herramienta complementaria para construir esa otra sociedad buscada, interrumpida allá en la historia popular de nuestro país.
Finalmente, nada más comprobable en lo que una construcción colectiva se refiere, que la Memoria. Por su valor común a todos. Por el aporte de todas y todos a su contenido. Por la insidencia en cada paso de ese caminar común. Por la tarea que nos compromete en la construcción de ese camino que se parezca a todos y cada uno. Porque solo el pueblo salvará al pueblo, y la Memoria es y será siempre el apoyo de cada paso en el caminar a su propio y digno destino.
Eduardo A.Hidalgo
Ex Detenido Desaparecido -
Secretario General de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca -
Responsable del Centro de Referencia Bahía Blanca de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas
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