Dolor y compromiso
Por Alejandro Romero (*)
El 27 de octubre era el día del censo, del censo del miedo que los grandes medios habían querido instalar; iba a ser un día atípico, feriado en medio de la semana;… y de repente la conmoción; nadie entendía nada, ni propios ni ajenos: había muerto Néstor Kirchner..
En un acto reflejo, lo mas nefasto del Poder mediático, económico y político se sonrió y empezó a restregarse las manos; hipócritamente hizo publicas sus condolencias, mientras que en el interior de sus residencias brindaban por la muerte.
El Pueblo, atónito aun, buscaba consuelo en las pantallas de la TV, en las radios, en los mensajes de texto; la mayoría de todos estos en manos de las grandes corporaciones.
Hacía unos meses atrás uno de los voceros de los grandes grupos hegemónicos había presagiaba que podía haber un muerto; y tenía razón, vaya si la hubo; el muerto es de los nuestros, de los que están de este lado, del campo nacional y popular; exactamente el líder de todos los que luchamos por el cambio de paradigmas.
El dolor se hizo inmenso, la angustia, la bronca y el desconsuelo poblaron las calles; como siempre el pueblo fue el protagonista y salio a poblarlas y dar su mensaje simple, llano, concreto.
El 28 de octubre se cumplía el tercer aniversario del triunfo de Cristina Fernández en las elecciones que la consagraron como Presidenta; tambien ese día se cumplía un año de la instauración de la Asignación Universal por Hijo; para ese día Néstor Kirchner tenía agendado concurrir a un acto para recordar ese logro junto con el pueblo; pero no pudo ser; por el contrario el pueblo lo celebraba a él, lo lloraba y agradecía infinitamente por sus convicciones y acciones y de la misma manera brindaba su apoyo incondicional a la Presidenta.
Las calles y las plazas se llenaron de todos nosotros rompiendo los esquemas del dolor y el luto tradicional, pusimos las cosas en su lugar anulando las frases echas de los que por un lado seguían agraviando al líder muerto y a la Presidenta y al mismo tiempo se condolían hipócritamente especulando sobre el futuro inmediato.
El féretro de Kirchner fue saludado como él lo hacia con el pueblo que demostró cuánto lo quiere; no había distancias entre él y la gente; era tocar, abrazar, llorar, reír, gritar; y tal como fue su primer saludo con el pueblo en aquel día de 2003, a los empujones, apretujones y abrazos, así tambien fue el transito de su ultimo viaje: amor, dolor, y compromiso de defender el modelo y estar junto con la Presidenta.
Claro, lo agoreros de siempre especulan con la fortaleza de la Presidenta, reniegan de su capacidad intelectual y de su compromiso; especulan a ver en que parte del hueco que ha quedado vacío pueden reacomodar sus fichas y comenzar a jugar de nuevo ese juego macabro que tan bien saben hacer.
Incluso algunos que se dicen y se creen estar en la misma vereda, repiten concientes o no, el discurso dominante que los grupos hegemónicos ya han puesto a circular, horadando conciencias y cerebros.
No han entendido nada, quieren creer lo que ellos creen ver, niegan lo que realmente les asusta, que es la respuesta popular, el pueblo en la calle, el compromiso militante.
Es cierto que no va a ser fácil para el pueblo; muerto Kirchner los dueños del Poder saben que hay posibles nuevas jugadas y ya las están haciendo, elucubrando cual va ser el terreno y como se puede embarrar la cancha. Pero su vuelo rapaz ya ha sido descubierto mucho antes por todos nosotros; la política ha dejado de ser una mala palabra y el coto exclusivo de unos pocos; la política está en manos del pueblo y eso es parte del legado que ha dejado Kirchner; y tanto su compañera de toda la vida como el pueblo que lo llora pero lo reconoce, vamos a hacer posible la profundización de este modelo de Patria, para asegurar el futuro; aunque a muchos les pese, les moleste o no entiendan.
* Periodista - Escritor
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