Hay que ser como el puente necesario, que facilita la llegada al conocimiento, a la verdad, a la vida en sus expresiones más evidentes y válidas. El que une más allá de las diferencias y aún así convoca a unir. El puente que se suma naturalmente al camino. Camino que conduce, que señala hacia un objetivo, y nos acerca donde debemos llegar. El mismo que es parte del fragor del urbanismo. Urbanismo que aún a veces sin un mínimo descanso, nos convoca necesariamente a la reflexión y a saber llegar al fondo del silencio. Todo puente en definitiva es lo que nosotros queremos ser, porque somos sus creadores y constructores. Su verdadero sentido se manifiesta, cuando nos ha permitido haber visto una mano que agita una linterna, señalándonos como seguir detrás del objetivo. Entendiendo que a pesar de todo lo difícil de esa construcción y recorrido, lo hacemos cantando, sin embargo, la Libertad querida.
Eduardo A. Hidalgo Ex Detenido Desaparecido
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